La responsabilidad suele asociarse a conductas a realizar con personas, animales, circunstancias, cosas o entorno que con uno mismo, proyectando la importancia y atención al exterior.
Algunas frases familiares podrían ser:
- Yo soy o me considero responsable con mi familia, hijos, pareja…
- Yo soy o me considero responsable con mis mascotas…
- Yo soy o me considero responsable en mi trabajo…
- Yo soy o me considero responsable respecto a mi hogar, mi coche…
- Yo soy o me considero responsable respecto al medio ambiente.
¿Te has parado a pensar si eres responsable contigo?
Quizás el cuerpo físico sea el primero que te viene a la mente. Deporte, alimentación, descanso, cuidado de la piel, del cabello…Son maravillosos los avances que se han logrado con relación al físico.
¿Y el cuerpo mental?
¿Reparamos en analizar lo que entra a través de nuestra vista y oídos?
Pienso que es un buen momento para reflexionar sobre los “alimentos” que le damos a nuestra mente. Ellos activaran sentimientos y emociones, mostrando un estado de ánimo como resultado.
Sabemos las posibles consecuencias que se pueden desprender de conductas como fumar, beber alcohol en exceso o tomar abundantes alimentos grasos y azucarados. ¿Pero, sabemos cómo nos afecta consumir imágenes, conversaciones y, en general, información que nos produce malestar?
Con ello no quiero decir que te aísles de lo que ocurre en el mundo. Te sugiero que seas responsable con la información que consumes y con la frecuencia que recurres a ella.
No sigas colmando tu psique de algo que te hace sentir angustia, ansiedad, miedo…
Aprovecha este momento para respetar tu mente, tu cuerpo, y expandir la experiencia de tu alma con el mayor amor, respeto y responsabilidad hacia tu propio ser.
Alaka'i